Si desarmamos un poco la definición de medicina alternativa, se describe como algo que se elige por sobre otra cosa, la medicina complementaria en cambio, es una práctica que se integra a otras disciplinas.
Llevo varios años dedicandome al estudio de la Fitoterapia y me parece hermoso ver como cada día hay más personas e incluso profesionales de la salud comprometidos y comprometidas en investigar y actualizarse sobre el tema. Pero hay algo de todo este movimiento que me parece no encontrar del todo su lugar y siento que viene de nuestra cultura de querer reemplazar una cosa por otra.
La Fitoterapia es poderosa, hoy en día es innegable su acción, ya sea por todos sus años de práctica empírica como por su trayectoria en la investigación científica.
Los conocimientos sobre el uso de los recursos naturales, obtenidos a partir de la experiencia, se han transmitido de generación en generación, principalmente a través de la tradición oral en un principio. Más tarde, se introdujeron los textos escritos y en la actualidad se han incorporado los soportes digitales, pero claramente no toda la información transmitida por oralidad se encuentra disponible hoy para quienes queremos formarnos en esta área, hay algo de la presencia y la vivencia que sigue faltando en los métodos globalizados de aprendizaje. De ahí que los diferentes estudios científicos y revisiones sean el canal más fiable y de rigor para el mantenimiento de la información producida a lo largo de la historia para la mayor cantidad de personas.
La etnobotánica, la etnofarmacología y la etnomedicina son disciplinas que engloban diferentes áreas científicas y se basan en el estudio de las relaciones entre los grupos humanos y el mundo vegetal, teniendo en cuenta el uso y el aprovechamiento de las plantas en los diferentes espacios culturales y
temporales, destacando la aplicación medicinal.
Tradicionalmente la Fitoterapia es la ciencia que estudia la utilización de los productos de origen vegetal con finalidad terapéutica, ya sea para prevenir, atenuar o curar un estado patológico.
Con todo esto, quiero llegar al punto de que la medicina de plantas es antigua, más vieja incluso que la medicina convencional y la ciencia como la conocemos hoy. Esto nos lleva a que ambos paradigmas no se lean exactamente de la misma forma, ya que por más que estén emparentados tienen un contexto sociocultural diferente, las plantas no siguen la misma línea que los fármacos pero si pueden complementar.
Escucho hablar mucho sobre medicina alternativa cuando hablamos de Herbolaria ó Fitoterapia, con todo este contexto que mencionamos entonces, podemos decir que más que alternativa puede ser también una medicina complementaria e integral
Las prácticas de medicina complementaria suelen agruparse en categorías
amplias, como productos naturales, medicina de la mente y el cuerpo, así como prácticas de
manipulación y basadas en el cuerpo. Si bien estas categorías no están definidas
formalmente, resultan útiles para describir las prácticas que en casos primarios puede ser una medicina alternativa, pero en muchos otros puede ser integral y complementaria
Es profundamente llamativo que cuando la medicina científica, basada todo lo más posible en la evidencia, ha alcanzado el máximo grado de eficacia de su historia, se esté produciendo un auge de las llamadas medicinas tradicionales, consideradas por un segmento apreciable de la población como alternativas plausibles a la medicina científica, occidental o moderna.
José Antonio Valtueña
La Fitoterapia se guía por los ciclos naturales
La Fitoterpia es una gran medicina preventiva y puede acompañar desequilibrios hogareños comunes e incluso acompañar diagnosticos si estamos bien asesorados y pensamos en un abordaje integral. Cuando hablamos de Fitoterapia no sólo estamos diciendo plantas medicinales, sino que el abordaje es con personas completas, su alimentación, su descanso, su movimiento entre muchas acciones cotidianas más. El rol principal de la Herbolaria es poder sostener un cotidiano que nos acompañe en el ciclar del ambiente en el cual estamos inmersos, es por esto que cuando hablamos de plantas medicinales siempre intentamos entretejer con el lugar donde vivimos, las plantas que ahí crecen y los ritmos estacionales que se presentan.
Dentro de la fitoterapia en términos generales, se emplean productos de origen vegetal cuya potencia farmacológica y toxicidad son moderadas o bajas y sus márgenes terapéuticos por lo general amplios. Incluye por tanto productos relativamente poco potentes o de potencia intermedia y excluye aquellos con un margen terapéutico estrecho. Esta característica es fundamental puesto que enmarca a la fitoterapia
como una terapéutica suave, poco agresiva, dotada de márgenes terapéuticos amplios, con un bajo
porcentaje de efectos secundarios. Sin embargo, a pesar de que los preparados fitoterápicos entrañan, generalmente, un nivel de riesgo bajo y se consideran una alternativa segura y eficaz a los medicamentos clásicos, hay que tener en cuenta que natural no es sinónimo de inocuo y, no pueden descartarse a priori posibles problemas de calidad y seguridad (efectos adversos, contraindicaciones o interacciones), especialmente cuando se usan fuera del ámbito profesional.
La medicina convencional es una gran opción como medicina de urgencia, se sostiene en un contexto donde se lee y se trabaja una sintomatología, es un sistema necesario y que salva muchas vidas en situaciones de riesgo. No creo que el camino sea una y no la otra, sino que cada vez más siento la importancia de unir y complementar. Es por esto que creo que el término medicina alternativa queda un poco corto, y por demás polarizado.
Este es mi pensamiento y sentir
¡Te leo en comentarios! ¿Vos que pensas?
Gran abrazo verde
Daniela
Bibliografía:
Medicinas tradicionales y alternativas José Antonio Valtueña
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-medicinas-tradicionales-alternativas-13055919
https://files.nccih.nih.gov/s3fs-public/informaciongeneral.pdf
Fitoterapia y drogas vegetales – Encarna Castillo García, Isabel Martínez-Solís, Universidad TECH