El cuerpo humano está formado por una gran red de órganos interconectados entre sí, esta red es compleja y poderosa, no podemos ver una parte aislada que actúe sin tener repercusiones en alguna otra parte del cuerpo.
Cuando hablamos de sistemas nos referimos a un conjunto de partes que tienen cierto orden y atraviesan procedimientos que regulan el funcionamiento de un grupo o colectividad. Es decir, dentro de un sistema tenemos partes que colaboran para llegar a un mismo fin. Existen muchísimos tipos de sistemas, pero los que abordaremos en este espacio son sistemas biológicos, que si bien tienen una estructura están vivos, fluctuantes y cambiantes según los estímulos.
Hoy nos sumergimos en el sistema inmunitario, el cual es nuestro principal mecanismo de conversación con todo aquello que viene del exterior de nuestro cuerpo.
El organismo debe reconocer la diferencia entre el yo y el no-yo. De este diálogo interno se encarga el sistema inmunitario, lo cual es verdaderamente complejo ya que debe evolucionar continuamente, siendo que los estímulos externos y posibles patógenos cambian y evolucionan constantemente. Su función principal consiste en detectar estos agentes que registra como atacantes protegiendo las células y tejidos del organismo. Es un sistema tan fundamental e importante como complejo. Está comprendido por: el Timo, la médula ósea, los ganglios linfáticos, el bazo y el apéndice.
Desde el punto de vista funcional y sólo para comprender bien su funcionamiento podemos clasificarlo en Sistema Inmune Innato y específico, es importante destacar que este sistema no tiene dos vías de acción separadas, sino que ambas trabajan en conjunto. Esto se pone en evidencia en sus formas de actuar:
*El sistema inmune innato es una respuesta rápida y genérica ante patógenos.
*El sistema inmune específico, genera una respuesta más potente y también guarda memoria.
El Sistema innato es el más antiguo y está presente en todos organismos multicelulares, incluso plantas e insectos, no posee memoria inmunológica y surge ante la presencia de microorganismos ó células dañadas.
Los principales componentes del sistema inmune innato son: Barreras físicas y químicas (epitelios, enzimas) células fagocíticas: neutrófilos macrófagos y Células NK (natural killer) las cuales combaten tumores, células infectadas ó virus.
El sistema específico está presente en los vertebrados, es específico para distintas moléculas y se caracteriza por mejorar la capacidad defensiva frente exposiciones sucesivas. Sus principales constituyentes son los linfocitos B y T que se activan frente a los antígenos (sustancias que inducen respuestas inmunes específicas).
Intestino y sistema inmunitario
El intestino posee mecanismos de defensa que limitan el acceso de sustancias nocivas al organismo. Esta barrera intestinal está integrada por diversos elementos como enzimas digestivas pancreáticas, el epitelio intestinal y las bacterias que constituyen la flora intestinal. Sin embargo, la barrera más efectiva está constituida por el tejido linfoide asociado al intestino o GALT. Podemos decir entonces que el sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario. Recibe diariamente una enorme carga antigénica y es capaz de distinguir entre patógenos invasivos y antígenos inocuos procedentes de los alimentos y de bacterias comensales.
Bien. ahora que ya sabemos cuales son las bases de este sistema, hablaremos un poco de hábitos que colaboran en un buen funcionamiento del mismo:
Desde la alimentación es bueno comenzar por reducir o elimina el azúcar, ya que está estudiado que puede suprimir el sistema inmunológico durante horas después de la ingestión. Tomar probióticos y comer alimentos nutritivos es la base de un buen apoyo inmunológico, evitar consumir productos procesados, ya que el cuerpo reacciona ante ellos generando inflamación y ruido en la señal de comunicación interna.
Es importante recordar que la inflamación es una respuesta del sistema inmunitario a una lesión o infección que puede ser temporal oa largo plazo. La inflamación crónica o a largo plazo no es buena para el cuerpo y en realidad está involucrada en muchas enfermedades crónicas como la artritis reumatoide, el asma y la enfermedad de Crohn, hace tiempo escribí un post del blog completo hablando de la inflamación intestinal, si te interesa podés verlo haciendo click aquí
En cuanto a hábitos, hacer ejercicio y vincularse con el sol son dos pilares importantes de toda salud. En especial conectar con el cielo en dos momentos: el amanecer y el atardecer, ya que estos acomodan nuestros ritmos biológicos ayudando que todo nuestro metabolismo interno encuentre coherencia en sus ciclos. Tomar aire es un gran consejo incluso si está pasando por una enfermedad ó desequilibrio, poder salir a conectar con la naturaleza nos renueva.
Y si de plantas medicinales hablamos podemos encontrar varios apoyos.
Como primera y principal la Equinácea (hay un post dentro del blog dedicado completamente a esta planta, para verlo podés hacer click acá. Con esta planta podés vincularte tanto de manera preventiva como de botiquín cuando ya está instaurada la enfermedad
Otro gran aliado es el hongo Reishi, (haciendo click acá vas directo al post del blog donde hablamos sobre él). Este hongo es buen compañero en caso de prevención, ya que sus efectos se establecen con el tiempo de vínculo.
Esto es sólo un recorte de lo que podemos hablar de este sistema, pero espero que te haya brindado un panorama de su importancia
Gran abrazo verde
Daniela