Aceites macerados

Los aceites macerados son una hermosa medicina para tener cerca, como parte del botiquín. Se trata de maceraciones donde se extraen los componentes activos de las plantas que son solubles en lípidos o medios grasos, como los aceites esenciales, resinas, carotenoides y terpenos.
Algunos de estos pueden ser, el aceite de oliva, el aceite de coco, el aceite de jojoba, el aceite de semilla de uva, el aceite de almendras, el aceite de girasol y el aceite de sésamo
Es interesante observar cual crece p se cultiva en tu zona, al mismo tiempo que los costos y el tiempo de vida de cada uno. El aceite de jojoba (Simnodisia chinensis) tiene la vida útil más larga (3-5 años) cuando se almacena correctamente, mientras que los aceites de girasol, sésamo y semilla de uva tienen una vida útil de menos de un año,los aceites de oliva y almendras duran alrededor de año y medio/dos y el aceite de coco por lo menos año y medio. Todos estos valores son aproximados, puede consultar la etiqueta del aceite que compre para corroborar.

Al mismo tiempo es importante saber que algunos aceites no se recomiendan colocar en rostro, ya que son potencialmente comedogénicos, esto quiere decir que pueden obstruir los poros de la piel. De los mencionados anteriormente el aceite de coco tiene un indice alto de comedogenia.

Oleato de Manzanilla luego de su proceso de maceración

Procedimiento

Trataremos de picar las plantas lo más finamente posible sin llegar a pulverizar, ya que con este pequeño paso romperemos las paredes celulares de la planta, lo cual estimulará que más compuestos puedan disolverse y mezclarse en nuestro aceite base.
A continuación, limpiaremos un recipiente hermético (como un frasco de mermelada con tapa hermética) y colocamos 3/4 de su volumen con nuestras plantas picadas. Vertemos el aceite elegido sobre la parte superior y nos aseguramos de que todo el material vegetal esté cubierto por el aceite.
Ahora que tenemos nuestras plantas macerando en el aceite base, es importante revolver o agitar suavemente la mezcla todos los días ó día por medio, ya que si revolvemos la mezcla con regularidad, estaremos fomentando la transferencia de los productos químicos solubles en aceite de la planta a la maceración y creará una mezcla terapéutica más potente.
Una vez finalizada la maceración, probablemente encontrará que su aceite base ha adquirido un nuevo color. A continuación, deberá colar o filtrar las hierbas y verter la maceración final del aceite en un recipiente hermético esterilizado. ¡Acordate de etiquetarlo también, no querrás olvidar lo que contenía y cuándo lo envasaste!
Algunos aceites son más vulnerables a la rancidez que otros, por lo que es una buena idea incluir entre un 0,5 y un 1% de vitamina E en la maceración una vez filtrada la preparación. La vitamina E, o tocoferol, es un poderoso antioxidante y puede ayudar a evitar que los aceites se pongan rancios demasiado rápido. Sabrá cuándo su aceite se vuelve rancio, porque comenzará a oler extraño y a verse turbio.

Extracciones en aceite – técnica en caliente

Este tipo de extracción añade la variable del calor a nuestro extracto, por lo que al incorporar temperatura al proceso la extracción puede realizarse en menor tiempo. Si bien en el macerado podemos obtener los principios activos liposolubles al igual que el oleato en frío, lo que cambia es el procedimiento.
Es importante saber que el calor puede llegar a alterar nuestras propiedades medicinales si está en exceso, por lo que recomiendo no calentar demasiado el extracto.
Es una buena opción para realizar extractos con plantas que son difíciles de secar, ya que al estar el preparado interactuando con el calor, el agua de las hierbas se pierde por evaporación. Algunos ejemplos de esto pueden ser el ajo, jengibre, kalanchoe y ciertas verduras. Otra de las ventajas de este tipo de macerado es el tiempo que nos lleva realizarlo.

¿Cómo hacemos un macerado caliente?
Primero necesitamos los recipientes adecuados para elaborar un baño maría. Éste es un procedimiento que se usa para calentar con cuidado y suavemente algún alimento o sustancia, sin quemarla ni deshidratarla, si no puedes comprar un utensilio específico para este fin, que se conoce como “caldera doble” te recomiendo buscar recipientes que puedan imitar este proceso donde el recipiente que contiene nuestro macerado esté en contacto con el vapor del agua y no entre en contacto con el fondo de mi recipiente portador. De esta forma evitamos cambios bruscos de temperatura y graduamos de mejor forma el calor que recibirá nuestro aceite.
Una vez que tenemos nuestros utensilios, colocaremos la misma proporción de planta/ aceite que usamos en la maceración en frío (3/4 del volumen total que usaremos de aceite fijo).
Este macerado tiene que estar alrededor de 3hs a baño maría, lo mejor es revolver cada tanto para ayudar a la homogenización del extracto y poder revisar que nuestro baño maría (olla de abajo) conserve la cantidad de agua que necesitamos. Pasado ese tiempo colamos con lienzo ó filtro de cafe. Envasamos en frasco de vidrio hermético y previamente esterilizado. Opcional agregamos vitamina E entre un 0,5 a 1% para ayudar a su conservación y etiquetamos.