Módulo III
Somos parte de la Naturaleza
Nosotros somos el sueño de la tierra
ella nos sueña a nosotros.
También en otros planetas habrá seres
que son soñados por su planeta
y tendrán sus propias maravillas
El universo es una unión
de sueños
Leonel Lienlaf – Poeta Mapuche
Si bien este tema es tocado en cada uno de los temas anteriores y posteriores, siento que requiere un poco más de profundidad, ya que es una de las bases con las cuales trabajo y estructuro mi labor como herborista.
Luego de observar y leer sobre plantas durante mucho tiempo, comencé a interiorizarme en la fisiología humana, nuestro cuerpo es un sistema muy coordinado y complejo, extremadamente hermoso y atrapante, estos estudios me compartieron una visión distinta a la cual tenía al mundo de las plantas.
Muchas veces cuando hablamos de Naturaleza, el concepto que culturalmente aceptamos es todo aquello que rodea al ser humano, pero en este pequeño acto, de forma inconsciente, ya nos separamos. Nuestra visión de “seres independientes” nos ha llevado a generar muchísimos hábitos que transmitimos en generaciones, los cuales nada tienen que ver con nuestra esencia natural.
Antes que personas en ciudades, mucho antes que eso, fuimos mamíferos de Naturaleza, no EN la naturaleza, sino DE ella, formando parte, empapados de sus ciclos, sus ritmos, sus ceremonias.
Nuestra fisiología recuerda ese momento, nuestros dientes, la piel, el pelo, nuestros pies, recuerdan, extrañan, añoran la tierra que alguna vez les era de abrigo.
Por esto, siento necesario a la hora de hablar de salud y plantas medicinales, mencionar también esto cmo importante. Si bien nuestros ritmos, acciones, tareas y rutinas diarias son distintas a las de muchos años atrás, abriendonos camino a esto y buscando traer prácticas antiguas adaptadas a la vida moderna, podemos volver a generar ese equilibrio que nos hace falta.
El herborista Juan Pablo Ruiz compartió en una de sus charlas una frase muy hermosa y que la siento cercana también “Todo ser humano tiene un vacío que sólo puede ser llenado con naturaleza”
Uno de los ritmos naturales más importantes a nivel fisiológico son los ciclos solares, tanto diarios como estacionales.
Los ritmos circadianos del latín “alrededor de un día”, son ciclos de 24 horas que permiten al cuerpo anticiparse y adaptarse a los cambios externos diarios, son adaptaciones de los organismos vivos a su medio ambiente, es decir, son conexiones entre aquello que pasa externo al cuerpo y su interior. Estos ritmos influyen en las más diversas funciones biológicas, un claro ejemplo de su influencia lo constituye el ciclo de actividad-reposo, el ciclo sueño-vigilia (CSV). El reloj biológico determina la mantención de los ritmos circadianos en mamíferos, existe una estrecha relación entre el funcionamiento del sistema circadiano, la alimentación y la regulación metabólica, lo que actualmente constituye un área de intensa investigación. En particular, la alteración de la ritmicidad circadiana a partir de alteraciones genéticas, conductuales o dietarias, lleva a trastornos comportamentales, ganancia de peso excesiva y alteraciones metabólicas. Algunos factores que contribuyen a la disminución o desajuste circadiano incluyen el jet-lag, el trabajo por turnos horarios, la desorganización temporal y restricción de sueño, y desorden del patrón horario de alimentación.
La cronodisrupción consiste en la alteración de los ritmos circadianos como consecuencia de un desajuste entre el reloj interno y unas entradas (inputs) externas a destiempo.
Conocer esto, nos permite abrirnos a la importancia de mantener un diálogo con la Naturalez y sus ciclos. Un acto tan simple como tomar unos minutos de sol a la mañana puede desencadenar en el funcionamiento de muchas partes de nuestro organismo en el correr del día. Al mismo tiempo poder coordinar el horario de nuestras comidas en los momentos donde el sol está en su mayor potencia podrá (entre muchos otros factores más) favorecer los procesos de digestivos, ó en el caso de la noche no alimentarnos tan tarde, hará posible una correcta depuración del cuerpo mediante el ayuno nocturno.
Este tema es de especial interés a la hora de hablar de salud y cada día se está dando más espacio al hecho de respetar los propios ritmos naturales, ya que con el ingreso de pantallas, exceso de trabajo y la alimentación estamos generando un distanciamiento enorme de lo que nuestra fisiología como seres humanos necesita.
En este taller hablamos muchísimo de las estaciones, y como a medida que van cambiando los estímulos, toda la vida va ciclando con ellos. La invitación es a observar nuestros hábitos diarios, cuan entrelazados con estos ritmos están y cuales son los cambios que podemos realizar para favorecerlos.
En las siguientes lecciones recorreremos como son los latidos estacionales de primavera – verano y otoño – invierno, además de algunas recomendaciones para atravesarlos unidos a lo que sucede en la Naturaleza
me encantó!!!