Para sobrevivir, las plantas necesitan agua, así como nutrientes que son absorbidos por las raíces del suelo. Las plantas son un 90% agua. El agua es transportada por toda la planta de manera casi continua para mantener sus procesos vitales funcionando.
En biología, turgencia (del latín turgere; hinchar) determina el estado de rigidez de una célula, es el fenómeno por el cual las celulas al absorber agua, se hinchan, ejerciendo presión contra las membranas celulares, las cuales se ponen tensas. De esto depende que una planta este marchita o firme.
Como fenómeno contrario se puede citar la plasmólisis, las células al perder agua se contraen, separándose el citoplasma de la membrana. Cuando por ejemplo se amputa un órgano de la planta este se marchita en un determinado tiempo. También si la planta se encuentra un tiempo extendido a los rayos solares se produce un exceso de transpiración, provocando de esta manera la eliminación de vapor de agua al medio.
Las plantas dependen de la presión de turgencia para la elongación de sus células y por lo tanto para su crecimiento. Y usan este fenómeno para regular la transpiración a través de la apertura y cierre de las células estomáticas.
Los suelos contienen diferente cantidad de agua dependiendo de su textura y estructura. El límite superior de almacenamiento de agua se denomina con frecuencia “capacidad de campo” (CC), mientras que el límite inferior se denomina “punto de marchitamiento permanente” (PMP), por debajo de este último punto la planta ya no podrá recuperar turgencia y volver a su estado de equilibrio.
Estos son fenómenos que determinan en muchos casos no sólo la salud e integridad de la planta en tierra, también influyen en la estabilidad de nuestros esquejes ó tipo de reproducciones vegetativas. Ya que al generar un corte de la planta madre, el gajo entra en período de alarma y emergencia hídrica.
Una de las preguntas más comunes es: ¿Una vez que corto mi gajo es necesario colocarlo en tierra directo ó es mejor ponerlo en agua antes?
Esto claramente no tiene una respuesta general, sino que dependerá en gran parte de la especie vegetal en cuestión. Pero podemos decir que también una variable importante es el tiempo en el cual el gajo permanece sin estar en contacto con agua que posibilite esa turgencia de la que antes hablabábamos. Por lo que si el gajo lo corto y lo dejo sin agua por 24 – 48 hs, será interesante colocarlo (previo a su pasaje a tierra) en un frasco con agua, para que sus células puedan recuperar turgencia y luego de esto, llevarlo a tierra. Ahora si hacemos un corte de la planta madre y prontamente lo llevamos a tierra (en la mayoría de las especies) el pasaje por agua no será necesario.
El camino del agua dentro de la planta
En las plantas e agua fluye continuamente desde el suelo, donde es absorbida por las raíces, hasta las hojas donde se evapora hacia la atmósfera. Solo una pequeña fracción del agua que fluye a través de la planta es utilizada para sostener el crecimiento y en procesos bioquímicos, el resto
(aproximadamente 97%) se pierde en un proceso conocido como transpiración. La cantidad de agua que circula a través de la planta, dependerá de la disponibilidad de agua del suelo, de las características estructurales y funcionales de la planta,la geomorfología del suelo y las condiciones atmosféricas propias del territorio.
El contenido de agua dentro de los tejidos vivos es muy elevado, en reglas generales podemos hablar de valores entre 80 y 90% en los tejidos. En cada momento, el estado hídrico de la planta depende del balance entre el agua que la planta absorbe del suelo y la que pierde por transpiración.
La transpiración es un proceso realmente fantástico que podemos decir que se rige por leyes físicas, más que biológicas. El agua fluye a través de las
plantas como una columna continua de agua, dentro de esta columna la energía para mover el agua proviene, en última instancia de la radiación solar. Aunque esto suene muy extraño, es el sol quien produce la evaporación del agua en la superficie de la hoja, generando a medida que el agua se evapora en la superficie de la columna una tensión que provoca que el agua ingrese en la parte basal. Dicho de una forma simple, por cada molécula de agua que sale de esta columna (por las hojas) una molécula ingresa a la columna (por las raíces). No es hermoso? Este movimiento de agua se debe a las propiedades particulares del agua, principalmente la cohesión, que se refiere a la unión estrecha entre sus moléculas.
Bueno, todo esto hace que ahora podamos ver que la influencia del agua dentro de las plantas, es completa y compleja, pero vital. Dentro del suelo pueden estar todos los nutrientes que la planta necesita, pero si la presencia de agua no se da, no habrá forma de que ingresen en la planta de manera efectiva. Por esto el riego adecuado también forma parte de una buena práctica en nuestros cultivos.
Y acá te compartimos un archivo que profundiza un poco más sobre la semilla: