Cuando el agua es el vehículo

La idea de que el agua transporta información de los objetos y seres con los que entra en contacto es una idea relativamente reciente en la ciencia, pero bastante antigua en aquellas disciplinas que se relacionaban con los elementos más allá del plano físico. Este concepto es uno de los principales a la horade destilar y comprender cómo los hidrolatos transmiten el mensaje de la planta que se destiló, aunque un hidrolato contiene solo las moléculas más ligeras de la planta en una concentración muy diluida.

En la destilación, el material vegetal se descompone en el agua y las moléculas vegetales se unen a las moléculas de agua. El agua se transforma, cambia de estado líquido a un estado gaseoso (vapor) y estas moléculas de vapor transporta consigo moléculas vegetales. Existe un límite físico para la cantidad de moléculas de plantas que puede contener el vapor, pero la potencia del hidrolato no sólo está vinculada con esto, sino que está estrechamente relacionada con la memoria de la planta en particular. Los constituyentes que han sido transferidos de la planta al hidrolato portan su huella vibratoria única y la dejan marcada en el agua.
El hidrolato entonces, no solo contiene la huella fitoquímica de la planta sino también su frecuencia de resonancia individual.

Hay mucho debate en el mundo científico sobre esta teoría. Jacques Beneviste, un homeópata e investigador francés, fue uno de los primeros en dedicar su trabajo a esta idea. En 1988, el Dr. Jacques Benveniste, investigador, médico, inmunólogo y biólogo francés, publicó un resumen de su trabajo en la revista científica internacional Nature describiendo un fenómeno inexplicable al que llamó “La memoria del agua”. Demostró que cantidades diminutas de anticuerpos disueltos en agua seguían provocando una reacción biológica, incluso cuando la solución estaba tan diluida que la probabilidad de que quedara una sola molécula de anticuerpo en la solución era cero. Anteriormente se suponía que para obtener una reacción biológica, tenía que estar presente una cantidad suficiente de anticuerpos. Era como si el agua recordara la información del anticuerpo y actuara como si todavía estuviera presente. Esto pareció respaldar la eficacia de los medicamentos homeopáticos diluidos.
El artículo científico de Benveniste causó sensación en el ámbito científico, y como toda idea revolucionaria, sus afirmaciones nunca fueron validadas. De todos modos estos conceptos siguieron resonando en el mundo científico marginal.

En 1994, Masaru Emoto, autor e investigador japonés, comenzó a estudiar el agua congelada. Emoto creía que el agua era un “modelo de nuestra realidad” y que las energías y vibraciones emocionales podían cambiar la estructura física del agua. Emoto experimentó exponiendo el agua a diferentes palabras, imágenes o música, luego congeló el agua y examinó los cristales resultantes con fotografías microscópicas. Emoto planteó la hipótesis de que el agua expuesta a palabras y pensamientos positivos daría como resultado cristales agradables a la vista cuando se congelara, y que las palabras y pensamientos negativos producirían feas formaciones de cristales congelados. Este fenómeno no se publicó en ninguna revista científica revisada por pares, y el estudio de la más alta calidad que publicó Emoto sobre los efectos de la intención humana en la estructura del agua no arrojó resultados positivos en la comunidad científica.

Emoto pensó que diferentes fuentes de agua producirían diferentes estructuras cristalinas cuando se congelaran. De acuerdo con esta idea, una muestra de agua de un arroyo de montaña, cuando se congela, mostraría estructuras de hermosos diseños geométricos; esas estructuras serían aleatorias y distorsionadas en una muestra de una fuente de agua contaminada.

“Debido a que el agua tiene poderes de absorción y conservación tan grandes, es un tesoro de innumerables secretos. Toda la historia de la humanidad está registrada en los ríos, lagos y océanos del mundo, porque todo deja huellas de su existencia, y las huellas de todos los seres, todos los objetos y todos los eventos viven en el agua… Es el medio mágico supremo, que impregna e impregna el universo. Si sabes escuchar una gota de agua, te hablará”.

The Treasure House of Innumerable Secrets de Omraam Mikhael Aivanhov

Por todo esto, el agua que vayamos a utilizar en nuestras destilaciones tiene una gran incidencia en el proceso. Muchas bibliografías hablan de utilizar agua de manantial, aunque se entiende que hoy no es sencillo disponer de agua de manantial limpia y fresca, podemos comprar una botella de agua de manantial. El agua embotellada es mejor que el agua de la canilla, que puede contener sustancias químicas como cloro disuelto, fluoruro, ácido fluorosilícico (un producto de desecho de fertilizantes agrícolas), sulfato de aluminio e hidróxido de calcio. El agua blanda, ligeramente ácida (con un pH alrededor de 6) produce mejores resultados que el agua dura.

Agua celular
Ann Harman, autora del libro Harvest to Hydrosols , dice que es el agua celular de las plantas la que pasa por el hidrosol. Las células vegetales vivas y recién cosechadas consisten principalmente en agua. Esta agua intracelular es el medio en el que interactúan y reaccionan las moléculas de la célula vegetal viva. El agua extracelular de la planta, que ocupa una variedad de estructuras como las vesículas, el xilema y el floema, también transporta información.
Una estructura intracelular que almacena agua en las células vegetales se llama vacuola. La membrana de la vacuola, que se llama tonoplasto, puede estirarse para acomodar cantidades variables de agua. El tonoplasto es una membrana selectiva y el paso de sustancias químicas a través de él se controla en ambas direcciones. El agua puede entrar y salir libremente. Cuando una planta produce ciertas moléculas, estas se almacenan en dichas vacuolas, así como en otras estructuras.

Hay más agua celular en plantas hidratadas (vivas, recién cortadas o rehidratadas) que en plantas marchitas o secas. Las plantas se marchitan cuando se secan porque las vacuolas tienen mucha menos agua. Esto sugeriría que es mejor destilar materia vegetal fresca que seca, para asegurar la transmisión de la memoria contenida en el agua.

Durante la destilación, el vapor transforma energéticamente los componentes activos de la planta y esto cambia su naturaleza intrínseca. 
El vapor baña la planta, y el agua se infunde con la huella energética de la planta destilada. 
El hidrosol lleva estos mensajes vibratorios de la planta al organismo (la persona o el animal) en el que se usa el hidrosol.

Cathy Skipper